Haiku en Aragón

Nuestro fin es contactar con los amantes del haiku en Aragón y dar difusión a su obra.

miércoles, 20 de junio de 2012

SHAKUHACHI


Hace unos días tuve ocasión de acudir a un concierto en Zaragoza (organizado por Antonio, un buen amigo) del maestro de shakuhachi Horacio Curti. No era algo nuevo para mí, era la tercera vez que asistía a una audición de este instrumento tradicional japonés, aún así, al principio, mi mente se resistía a esa extraña música que, como comentó Horacio, “no se puede seguir el ritmo con el pie” y que requiere para ser escuchada y apreciada una actitud meditativa. Tomé conciencia de mi respiración y poco a poco eso fue ocurriendo. Incluso me surgió un haiku:

Impredecible,
como la vida misma,
el shakuhachi.


sábado, 2 de junio de 2012

Los occidentales hacemos cosas extrañas

Hace días, en el trabajo, una compañera comentaba su próximo viaje de vacaciones a Turquía. El viaje, que era organizado, consistía en pasar unos días en Estambul y también en hacer un recorrido por la Capadocia. Otra compañera, que había hecho ya ese viaje, le dijo que sobre todo no se perdiera subir en globo para contemplar el amanecer en la Capadocia. Costaba 250 €, pero para ella fue lo mejor de todo el viaje. La otra compañera le contestó que sí, que no se lo perdería, que cuando estuvo en las cataratas de Iguazú, lo mejor fue el paseo en helicóptero. También fue caro, pero impresionante.
Poco después una amiga me contaba su reciente viaje a Noruega, y también me dijo que no pudo resistirse a la tentación de subirse en un helicóptero para dar una pasada de diez minutos, a precio de oro, sobre unos fiordos. El año anterior se había ido por Argentina, y se fue hasta la Patagonia para ver el famoso e impresionante glaciar del Perito Moreno.
Los occidentales hacemos estas y otras cosas extrañas. Coleccionamos ocho miles o nos vamos a la otra punta del planeta para hacer rafting por un río. No sé, se me ocurre que quizá, tras ese afán de ir en busca de lo extraordinario en lugares lejanos para disfrutar intensamente de la belleza de la naturaleza, estemos intentando de esa forma compensar nuestra incapacidad de percibir la belleza de lo ordinario, de lo sencillo, en nuestra vida cotidiana. Precisamente de percibir la belleza de lo ordinario, de lo sencillo, en nuestra vida cotidiana es de lo que va el haiku.